Santiago / Buenos Aires. Los presidentes de Chile, Gabriel Boric y de Argentina, Alberto Fernández, enfatizan la unidad latinoamericana y abren un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales. Históricamente, las relaciones entre las dos naciones andinas han sido tensas. Eso debería cambiar ahora.
En 1879, cuando Chile estaba en guerra con Bolivia y Perú por los depósitos salinos del desierto de Atacama, Argentina adquirió la neutralidad para evitar una guerra bipartidista, dejando alrededor de un millón de kilómetros cuadrados de la Patagonia a sus vecinos. Los conflictos fronterizos resultantes casi culminaron en la guerra por el Canal Beagle en el punto más bajo del continente, que solo fue evitada en el último momento por la mediación del Papa.
Durante la dictadura militar, Chile apoyó a Gran Bretaña en la guerra colonial de 1982 contra las Islas Malvinas (Falklands) contra Argentina. Chile tenía sistemas de radar de largo alcance al sur de la frontera con Argentina e informaba a tiempo de los movimientos aéreos argentinos a los británicos. La reafirmación de Borik del reclamo descontrolado de Argentina sobre las Malvinas fue más que un acto simbólico.
Las altas cadenas andinas entre Chile y Argentina hacen muy difícil el acceso mutuo a las áreas del Atlántico y el Pacífico. Por lo tanto, ambos países quieren hacer más esfuerzos para expandir los enlaces viales y ferroviarios existentes. El proyectado cable submarino “Humboldt” entre Valparaíso y Sydney juega un papel clave, del cual Argentina puede beneficiarse enormemente. Se firmaron cartas de cooperación técnica y científica para impulsar la modernización y puesta en marcha de empresas industriales y de servicios en ambos países.
Otro tema muy comentado fue el de los derechos humanos: algunos periodistas querían movilizar la guerra contra Cuba, Venezuela y Nicaragua. Sin embargo, Borik se distanció claramente de utilizar los derechos humanos como herramienta política: “No explotamos el sufrimiento de la gente para obtener ventajas políticas internas, ya sea en Ucrania, Yemen, Palestina, Chile, Venezuela, Nicaragua o cualquier otro país”. país.” Ambos presidentes se han dedicado a la cooperación y solidaridad entre los pueblos latinoamericanos para que el continente pueda enfrentar los futuros desafíos globales con una voz unida.
La salida inmediata del foro para el progreso de América del Sur, alianza formada por Paraguay, Colombia y Chile, es la señal de política exterior más importante de la guerra. países sudamericanos) .. Según la audiencia, el foro, que se estableció solo en 2019, ahora está obsoleto. En cambio, Chile quiere quedarse en la Alianza del Pacífico, que actualmente tiene estatus de visitante de Chile, Perú, Colombia y México y 40 países de cuatro continentes.
Finalmente, se firmaron Memorandos sobre Cultura, Derechos Humanos, LGBTIQ+, Igualdad para la Mujer, Derechos Indígenas y Cooperación Económica Internacional.
No sólo el acuerdo sobre importantes asuntos internacionales, sino también la atmósfera de asociación durante la visita del Gobierno, que el presidente Fernandes Borick calificó de “amigo”, suscita esperanzas de una futura cooperación fructífera.
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