La economía rusa está sumida en una crisis más profunda. La miseria se nota en diversas industrias, incluso en el campo de batalla. Esto es lo que Putin quiere seguir manteniendo hasta ahora.
MOSCÚ – La economía rusa está sufriendo grandes pérdidas en la guerra de Ucrania. Vladimir Putin ha intentado sentar ciertas bases para estabilizar la economía rusa. Pero puede haber riesgo de inactividad en varios sectores de la economía: ya sea en el frente de guerra, en la industria armamentística o en los servicios. Una cosa está clara: Putin no puede guardarse las pérdidas por mucho más tiempo.
La economía rusa está bajo presión: el gasto de guerra de Putin está ejerciendo presión sobre el Banco Central ruso
El arriesgado juego de Putin en realidad comenzó desde el momento en que adaptó drásticamente la economía a las condiciones de la guerra. Una mirada al gasto presupuestario planeado por el Kremlin muestra su claro enfoque en apoyar a los militares. El Kremlin quiere reducir el presupuesto de gasto militar a un nivel récord para 2025. Se espera que sólo el gasto en defensa aumente de 10,4 billones de rublos en 2024 a 13,2 billones de rublos, equivalente al 6,2 por ciento del PIB.
Pero el gasto gubernamental excesivo en la guerra es sólo un impulso temporal a la economía. Lo que sucede cuando Putin ignora las advertencias de sus principales economistas que temen la “hiperactividad” debido a las inversiones militares se puede ver en el ejemplo más reciente: el banco central ruso tiene que aumentar nuevamente su tasa de interés clave para combatir la inflación persistente. El viernes 25 de octubre, el Banco Central anunció su deseo de aumentar la tasa de interés clave del 19 al 21 por ciento. Según la agencia de noticias Agencia France-Presse Se trata de la tasa más alta desde 2003. El banco atribuyó este hecho a la “explosión” del gasto militar.
Expertos: la economía rusa se enfrenta a una “recesión” y una “fatiga”
Algunos analistas van más allá y hablan de un “estancamiento” o “agotamiento” de la economía rusa si Putin no asigna sus recursos de manera más eficiente. “El punto de agotamiento impondría enormes costos a la sociedad rusa”, dice un análisis del Instituto Think Tank para el Estudio de la Guerra. Entonces Putin se verá obligado a cambiar la forma en que Rusia hace la guerra para mantener la estabilidad de su régimen.
También está claro en el campo de batalla que los recursos de Putin son limitados y que no tiene sentido inyectar más y más dinero al establishment militar. Las pérdidas materiales son ahora tan elevadas que los soldados rusos se ven obligados a recurrir a tanques de la era soviética. Porque la industria armamentista no puede compensar las pérdidas con suministros adecuados. “El complejo militar-industrial no puede producir armas modernas y contemporáneas”, dijo al New York Times el economista ruso Vladislav Inozemtsev, del Centro de Análisis y Estrategia en Europa. El Correo de Washington.
A esto se suman las sanciones occidentales, que restringen significativamente la producción de la industria de defensa rusa. Rusia no puede aumentar más su número debido a las sanciones y la escasez de mano de obra, dijo Alexandra Prokopenko del Carnegie Endowment for International Peace.
Las perspectivas económicas de Rusia son sombrías, pero Putin está “muy confiado”
Entonces, si las perspectivas para la economía rusa son tan sombrías, ¿Putin al menos está considerando redistribuir el gasto público? Pero parece ser todo lo contrario. Para los planes presupuestarios de 2025, reducir el gasto social en las áreas de educación, salud e infraestructura civil.
Así que la principal consecuencia será que otros sectores de la economía rusa sangrarán porque Putin da prioridad al ejército. Muchos sectores (industria metalúrgica, sectores de servicios, agricultura) ya están desesperados por conseguir trabajadores. Sin embargo, compiten con los militares, que, gracias a Putin, pueden anunciar ofertas salariales prometedoras. Entre otras cosas, las autoridades regionales rusas prometieron un aumento significativo de las bonificaciones únicas para los empleados contratados rusos.
A pesar de las predicciones radicales, está claro que Putin no quiere cambiar de rumbo. Y añadió: “Putin parece tener mucha confianza en que podrá continuar tal vez un año más, dos años, tres años. Por el momento la situación parece bastante estable”, resumió Inozemtsev.
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