“No estamos contra el sistema, el sistema está contra nosotros”, coreaban “rabia”, “furia” en las calles de Madrid desde hace más de una década, a medida que avanza la crisis económica. España Conmocionado. Protestaron contra bancos y políticos. Una ola similar de resentimiento –aunque con un enfoque diferente– ha estado recorriendo América Latina durante años. En casi todas partes nadan en él los políticos que se autodenominan “antisistema”, opositores al sistema de gobierno.
Ejemplos más recientes JavierMiley Y Bernardo Arévalo: el economista Millay, con sus tesis libertarias y sus actuaciones al estilo de una estrella del rock. Elecciones presidenciales en Argentina Casi un tercio de los votos a mediados de agosto alcanzarán el mejor resultado de todos los candidatos. Pero Bernardo Arévalo, que se presenta como un socialdemócrata, es un sociólogo muy tranquilo. Presidente electo de Guatemala Partes establecidas posteriormente Casi logró dejarlo fuera de la carrera..
Nadie quiere abolir este sistema.
Carlos Antonio Aguirre Rojas, investigador social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo: “Muchas de estas personalidades se dicen antisistema. Sin embargo, según la historia de las ideas, el término “antisistémico” se refiere a personas que entendían el sistema capitalista como la causa fundamental de sus problemas y querían destruir y conquistar este sistema.
Pero esto se aplica tanto a Arévalo como a Miley. “En Arévalo veo a un socialdemócrata que quiere un capitalismo que se centre más en las corporaciones y menos en la corrupción”. También los ex presidentes de Estados Unidos y Brasil, Donald Trump Y Jair Bolsonaro, no opositores al sistema, explica Aguirre Rojas. “Representan la derecha más vulgar”.
Se trata de un cambio de régimen.
El politólogo argentino Andrés Malamud cree que muchos políticos en América Latina han sido etiquetados erróneamente como opositores al sistema: “Estos candidatos no están en contra de ellos. Democracia, sino contra sus representantes. Tienen éxito porque el sistema no funciona: la economía no crece, el poder adquisitivo se estanca y grandes sectores de la población sienten que la clase dominante no es consciente de sus deficiencias”.
Basado en la “Sociedad de castas”, la sociedad de castas durante el dominio colonial español, a los políticos establecidos y sus diversos círculos de influencia todavía se les llama “casta política”. Miley, la candidata presidencial de Argentina, suele utilizar el término para arremeter contra los partidos tradicionales.
Además del descontento que genera el fenómeno de los llamados opositores al sistema, el politólogo Andrés Santana, de la Universidad Autónoma de Madrid, cree que: “En América Latina es relativamente fácil. El nuevo partido porque la estructura del existente Los partidos son muy débiles, los partidos cambian mucho con la dirección del partido.
“Existe una creencia cada vez mayor de que la política se trata automáticamente de maniobras dudosas”, dice Aguirre Rojas. Mientras los manifestantes Argentina En 2001 gritaron: “¡Que se vayan todos!”, y se referían a toda la clase política. “Son supuestos políticos de izquierda, socialdemócratas, de derecha y de extrema derecha. Sin distinción.”
Las victorias externas revelan problemas en la democracia
La política mexicana ve una crisis. Esto también se refleja en la baja participación en varios países: “Cada vez menos gente cree en la política, así que no vota. Por eso, estos outsiders pueden ganar las elecciones sin una mayoría de todos los votos posibles”, dice Aguirre-Rojas.
“Básicamente, la estabilidad democrática no se ve afectada: si estos políticos fracasan, serán reelegidos”.
El mexicano Aguirre Rojas no ve el problema de los políticos antisistema, insiste: “Son menos una amenaza para la democracia y un síntoma de la crisis en la que está atrapada la democracia liberal, porque sigue expandiéndose. De la realidad humana”.
Del español de John D. Adaptado por Walter
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