Los resultados de la cirugía reconstructiva fueron presentados por 3DBio Therapeutics en presione soltar cofre. Los detalles técnicos de la intervención aún no se han publicado en una revista especializada independiente, lo que dificulta la evaluación por parte de expertos externos.
Intervención como parte del estudio
El trasplante se realizó como parte de un estudio de once pacientes, que aún no está completo; hasta entonces, la compañía quiere esperar con la publicación. Hasta entonces, pueden aparecer complicaciones inesperadas. Sin embargo, los médicos y los representantes de la empresa dicen que es poco probable que la oreja sea rechazada: después de todo, las células provienen de los tejidos del paciente.
El éxito de 3DBio, precedido por un período de desarrollo de siete años, es solo uno de los muchos avances recientes en el campo del trasplante de órganos:
- En enero, los cirujanos de Maryland trasplantaron un corazón de cerdo genéticamente modificado a un hombre de 57 años con una enfermedad cardíaca, extendiendo su vida por dos meses.
- La empresa que introdujo el cerdo genéticamente modificado también está experimentando con órganos 3D. Así es como se supone que se hacen los pulmones con esta tecnología. Y en Israel ya es posible crear vasos sanguíneos usando una impresora 3D.
- Esta semana, investigadores suizos informaron sobre una máquina que hizo posible mantener un hígado dañado, que originalmente no era apto como órgano donante, fuera del cuerpo durante tres días y hacerlo apto para el trasplante.
Cómo funciona el proceso
“Comienza con una biopsia y una muestra de tejido y terminas con una oreja viva”, dijo Daniel Cohen, director y cofundador de 3DBio.
Primero, se extrajo medio gramo de tejido cartilaginoso de la oreja deformada. En la sede de la compañía en Long Island City, las células formadoras de cartílago se aislaron del tejido restante y se colocaron en soluciones de crecimiento especiales. Allí se multiplicaron en miles de millones de células.
Luego se mezcló con la “bio-tinta” a base de colágeno de la compañía, “como si se mezclaran chispas de chocolate en helado con masa para galletas”, explica Nathaniel Bakhrach, director de investigación de 3DBio.
Con la ayuda de una jeringa, la mezcla de colágeno se insertó en una bioimpresora 3D especializada. Luego, el material celular fluyó constantemente fuera del ostium, lo que provocó que el cráter móvil adquiriera una forma alargada que se asemejaba a la oreja de un paciente. Este “proceso de impresión” tomó menos de diez minutos.
Luego, este tejido similar a una oreja se encapsuló en una envoltura protectora biodegradable y se transportó al receptor durante la noche. Finalmente, se implantó la oreja debajo de la piel del paciente; cuando finalmente se estiró la piel, se reveló la forma de la nueva oreja.
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