Max Rabe y la Orquesta del Palacio llenaron la sala de conciertos dos veces durante el fin de semana. Su proyecto “Here’s a Bad Mood” comienza con una pregunta fundamental en la vida: “¿Cómo te encuentras a ti mismo? ¿Cómo te deshaces de ti mismo?”
El elegante señor que cumplió 60 años. El humor seco de Rabe está acompañado por una orquesta de palacio, hombres elegantes y muy orquestados y una mujer que toca el violín durante más de 30 años.
Letras pegadizas y rimas ingeniosas
Para clásicos de principios de los años 30 como “Sueño contigo todas las noches”, “Bajo los pinos de Argentina” o “Mi gorila tiene una villa en el zoológico”, Boss deja espacio para los solos, tras lo cual presenta a los músicos. Forma correcta. Rabe también canta rumbas en otros idiomas, “La Mer” de Trenette o Irving Berlin. Como siempre, permanece erguido en el escenario, casi inmóvil, vestido con frac y peinado con pomada. Pero la habitual luz tranquila no apareció.
El volumen devora los matices más finos y la voz de Rabe no alcanza su punto máximo. Todavía entretiene a su fiel audiencia. En su dicción seca, incluso los chistes más simples adquieren profundidad, por ejemplo cuando explica con voz ronca por qué los lunares pueden encoger el cerebro o dónde la columna vertebral cambia de nombre al pasar junto a él.
Las nuevas canciones se adaptan a la voz, las letras se adaptan a los tiempos. “Un hombre necesita un plan, pero si quieres algo bien, necesitas una mujer”. Letras cautivadoras y rimas ingeniosas, con un toque de melancolía: “It’ll Be All Right Again”, arreglado con sensibilidad para guitarra y violín. El concierto de dos horas acaba con un susto que no sirve de nada.
“Little Green Cactus” deleita a la sala una vez más como un bis, “Go to sleep, the Earth sigue girando” como el tercer bis libera a un público muy satisfecho en una tarde de verano y otoño.
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