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Un grupo de investigación internacional podría haber podido observar por primera vez en vivo, por así decirlo, la formación de una estrella de neutrones o incluso de un agujero negro. El Observatorio Europeo Austral (ESO) lo ha anunciado ahora y habla del “eslabón perdido” entre las estrellas y estos “los objetos más compactos y misteriosos del universo”. La evidencia fue posible porque la estrella explotó como una supernova y dejó una compañera que reveló la presencia del objeto restante. No hay evidencia directa de la existencia del cuerpo celeste en sí, porque todo ocurrió a 75 millones de años luz de distancia.
Observado “en tiempo real”.
La supernova, llamada SN 2022jli, fue descubierta en mayo de 2022 por el astrónomo aficionado sudafricano Berto Monard. ESO escribe ahora. En la galaxia NGC 157, una estrella llegó al final de su vida y colapsó por su propio peso, provocando una explosión masiva.
En astronomía se supone que durante tales eventos solo quedan núcleos estelares muy comprimidos y condensados, pero hasta ahora este proceso no se ha observado en tiempo real. En SN 2022jli esto ahora es posible gracias a un comportamiento muy extraño.
Como explica el grupo de investigación, normalmente se puede observar una suave disminución gradual del brillo después de una explosión estelar de este tipo. Sin embargo, con SN 2022jli las cosas se veían notablemente diferentes: aunque el objeto se fue oscureciendo poco a poco, hubo fluctuaciones a lo largo de 12 días. Dos equipos de investigación sólo pueden explicar esto diciendo que una segunda estrella del sistema sobrevivió a la explosión masiva y continúa formando un sistema binario con los restos. Los investigadores suponen que la estrella se expandió debido al material expulsado y que la estrella de neutrones o el agujero negro atraviesa repetidamente su atmósfera. Esto libera la energía responsable de las fluctuaciones de luminosidad.
El Observatorio Europeo Austral escribió que las mediciones se realizaron utilizando varios instrumentos en la Tierra y en el espacio. Incluso si los restos de la estrella que explotó no pudieran observarse directamente, se habría podido establecer una conexión directa entre la estrella y el objeto restante. Lo que sigue siendo apasionante es qué tipo de cuerpo celeste es y qué destino amenaza al sistema estelar. Pero sólo los telescopios de próxima generación pueden ayudar a responder estas y otras preguntas, especialmente el enorme Very Large Telescope que se está construyendo actualmente en el desierto chileno. La investigación sobre la supernova y sus consecuencias se ha presentado en dos artículos destacados en la revista Nature. Y cartas de diarios astrofísicos pie.
(bueno)
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