Los investigadores observaron el llamado efecto de cohorte de nacimiento en 14 tipos de cáncer. Esto significa que grupos sucesivos de personas nacidas dentro de ciertas décadas tienen un riesgo progresivo de contraer la enfermedad. Esto probablemente se deba a los factores de riesgo a los que estuvieron expuestos cuando eran más jóvenes. Sr. Dr. Shoji Ogino, del Brigham and Women’s Hospital, explicó: “Por ejemplo, las personas nacidas en 1960 tenían más probabilidades de desarrollar cáncer antes de los 50 años que las nacidas en 1950. Suponemos que este riesgo seguirá aumentando en las generaciones futuras”.
Un estilo de vida poco saludable aumenta el riesgo de cáncer
Con base en su extensa investigación, el equipo sospecha que la razón de esto radica en los cambios significativos en la dieta, el estilo de vida, el peso corporal, la contaminación ambiental y el microbioma en las últimas décadas. Plantean la hipótesis de que factores como la dieta y el estilo de vida occidentales contribuyen a la aparición temprana del cáncer. El aumento en el número de diagnósticos de cáncer se debe en parte a los programas preventivos y de detección temprana de cáncer. Sin embargo, parece improbable un aumento en muchos de los 14 tipos de cáncer debido únicamente a la mejora de las pruebas de detección.
Los factores de riesgo potenciales para el cáncer en etapa temprana incluyen el consumo de alcohol, la falta de sueño, el tabaquismo, la obesidad y el alto consumo de alimentos procesados. Si bien la duración del sueño de los adultos no ha cambiado drásticamente a lo largo de las décadas, según este estudio, los niños de hoy duermen mucho menos que hace décadas. Los factores de riesgo como los alimentos altamente procesados, las bebidas azucaradas, la obesidad, la diabetes tipo 2, los estilos de vida sedentarios y el consumo de alcohol han aumentado drásticamente desde la década de 1950. Estos afectan la composición de la flora intestinal. De los 14 tipos de cáncer estudiados, ocho se han relacionado con el sistema digestivo. Esto lleva a los investigadores a sospechar que los cambios en el microbioma intestinal tienen un impacto en el riesgo de enfermedad.
Fuente: DOI 10.1038 / s41571-022-00672-8
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