norteDespués de siete meses en alta mar, la fragata “Bayern” tiene previsto regresar a Wilhelmshaven el viernes debido a los huracanes. Detrás del acorazado se encuentra un viaje de 80.000 kilómetros hasta la lejana Tokio, que no solo vivió momentos tormentosos en el Mar del Norte. Hace unos dos años, el gobierno federal decidió intensificar la cooperación internacional con la región del Indo-Pacífico y hacer más para promover la libertad de rutas marítimas. El barco, con unos 180 marineros a bordo, partió de Wilhelmshaven en agosto del año pasado, cuando aún estaba en el poder la canciller Angela Merkel (CDU).
El barco debía enarbolar la bandera en su viaje a Japón, Australia, Singapur e India, en una región preocupada por las ambiciones imperiales de China. Para asombro de algunos países amigos, también se iba a realizar una visita naval a China. Sin embargo, fracasó debido a la negativa de Beijing. El gobierno allí estaba formado previamente por el entonces Ministro de Defensa. Annegret KrampKarenbauer (CDU) y el Ministro de Relaciones Exteriores Heiko Maas (SPD) sobre las intenciones pacíficas de la fragata. El líder del grupo parlamentario del SPD, Rolf Mutzenich, acusó inicialmente a Kramp-Karrenbauer de tener una “visión del mundo guillerminista” a causa del proyecto. Posteriormente, Mutzenich dijo que era bueno “que el ministro de Relaciones Exteriores informe a los países de la región de nuestras intenciones y nuestra posición. Háganlo con cuidado y no como la señora Kramp-Karrenbauer en discursos públicos que nos recuerdan los malos tiempos de Alemania”. El político de la CDU respondió en su momento: “Es bueno hablar de nuestros valores, es aún mejor hacer algo concreto al respecto”.
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