El cerebro humano sigue siendo un misterio para la ciencia en muchas áreas. Los investigadores suizos han podido descifrar ahora otro mecanismo.
¿Te imaginas haber almacenado tus recuerdos de infancia no sólo una, sino tres veces en tu cabeza? Esta idea puede parecer extraña al principio, pero una nueva investigación sugiere que la formación de nuestra memoria es en realidad un proceso complejo.
En lugar de almacenar recuerdos como simples copias de seguridad, similar a una copia de seguridad de una computadora, nuestro cerebro crea varias copias diferentes de un solo recuerdo. Esto es lo que informan actualmente investigadores de la Universidad de Basilea. Aunque estas versiones son inicialmente idénticas, cambian y se desarrollan de maneras muy diferentes con el tiempo. Algunos de ellos se eliminan con el tiempo.
En concreto, los científicos descubrieron que en el hipocampo, la región del cerebro responsable del aprendizaje, un único evento se almacena en paralelo en al menos tres grupos diferentes de neuronas. Estas neuronas se diferencian principalmente en términos de edad: las neuronas más antiguas se formaron temprano en el desarrollo embrionario, mientras que las neuronas más jóvenes se formaron mucho más tarde. Según los investigadores, las neuronas que aparecen tempranamente almacenan un evento a largo plazo y su memoria se fortalece con el tiempo.
Con las neuronas que se encuentran en una etapa tardía de desarrollo ocurre exactamente lo contrario: su copia de memoria es muy fuerte al principio, pero se desvanece con el tiempo, de modo que el cerebro ya no puede acceder a ella después de un tiempo. También existe un tercer grupo de neuronas cuyos transcriptomas son casi estables.
Lo interesante de esto: las tres versiones diferentes de la memoria se diferencian en la facilidad con la que cambian y se adaptan a nuevas experiencias en el entorno. Por lo tanto, los recuerdos que las neuronas en etapa tardía almacenan sólo brevemente son muy maleables y pueden reescribirse. Entonces, cuando volvemos a pensar en ello poco después de la experiencia, las neuronas tardías se activan e integran la nueva información en la memoria original. Por otro lado, si recordamos este evento mucho más tarde, las primeras neuronas producen su versión del recuerdo, que luego es difícil de cambiar.
Por eso nuestro cerebro tiene que afrontar dos tareas contradictorias: “Recordar es un desafío enorme y un logro impresionante para el cerebro. Por un lado, tiene que recordar acontecimientos pasados para que podamos encontrar nuestro camino en el mundo en el que vivimos. ” Por otro lado, los recuerdos deben adaptarse a los cambios que nos rodean para que podamos tomar las decisiones correctas”, concluyó el profesor Flavio Donato, líder del estudio, en un comunicado de prensa de la universidad.
Los investigadores suizos realizaron sus estudios en el cerebro de ratones. Sin embargo, están convencidos de que la formación de recuerdos funciona de la misma manera o al menos de manera muy similar en los humanos.
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