Cuando se formó nuestro sistema solar, debió haber una supernova violenta cerca. Un equipo de investigación tiene una idea de cómo pueden sobrevivir los planetas.
TOKIO – Los meteoritos son como fósiles que pueden decir mucho a los investigadores sobre el pasado del sistema solar. Un equipo de investigación dirigido por la astrofísica Doris Arzumanian del Observatorio Astronómico Nacional de Japón ha hecho un descubrimiento particularmente interesante en meteoritos. El equipo de investigación analizó los isótopos detectados en meteoritos y encontró evidencia de que nuestro sistema solar parece haber experimentado y sobrevivido a una supernova cercana hace unos 4.600 millones de años.
Una supernova es la explosión de una estrella al final de su vida. La estrella arroja gran parte de su masa al espacio. Los estudios muestran que otros cuerpos celestes están muy cerca de la supernova gravemente amenazado. Si un planeta con la biología de la Tierra estuviera permanentemente expuesto a la radiación de alta energía de una supernova cercana, podría provocar la extinción de un gran número de seres vivos; incluso una extinción masiva sería posible.
Explosión de supernova cerca del joven sistema solar
En el caso actual, el equipo de investigadores de Japón descubrió que hace unos 4.600 millones de años, aproximadamente en la época en que se estaba formando el sistema solar, en los meteoritos analizados se acumuló una gran cantidad del isótopo radiactivo de aluminio. Según el grupo de investigación, la mejor explicación es que había una supernova cerca.
Pero, ¿cómo pudieron la Tierra y otros planetas sobrevivir a una explosión tan violenta en una etapa tan temprana de su formación? Es posible que el joven sistema solar acabe siendo destrozado por la onda de choque. El grupo de investigación ha desarrollado una teoría al respecto: aparentemente, el “capullo” en el que se formó el sistema solar sirvió como una especie de “amortiguador” e interceptó las ondas de choque generadas por la explosión de la supernova.
La estrella explotó, pero el sistema solar quedó protegido por su propio “capullo de nacimiento”.
Las estrellas se forman en enormes nubes de gas molecular llamadas filamentos. A lo largo de estos filamentos se forman cuerpos celestes más pequeños como nuestro Sol. Las estrellas más grandes, como la que se cree que explotó como supernova, tienden a formarse donde se cruzan los filamentos. Arzumanyan y su equipo estiman que la onda de choque de la supernova podría tardar unos 300.000 años en penetrar los filamentos que rodean el joven sistema solar.
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“Este escenario puede tener varias implicaciones importantes para nuestra comprensión de la formación, evolución y propiedades de los sistemas estelares”, escribió el equipo en el estudio. en el diario Cartas de revistas astrofísicas publicado se había convertido. “Por ejemplo, el filamento anfitrión podría desempeñar un papel importante en la protección del joven sistema solar de la radiación ultravioleta de las estrellas, que evaporaría la luz del disco protoestelar, afectando su tamaño final, lo que a su vez tendría un impacto directo en la formación de planetas. ” En el interior agregaron “disco”. Lo habría hecho. (factura impaga)
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