Falta de ejercicio, muchos teléfonos celulares y computadoras para usar las redes sociales, pero poco contacto con amigos: padres e hijos informaron en la práctica de Daniela Kasparek, especialista en pediatría y medicina juvenil en Viena. Hasta 200 niños son atendidos en esta práctica grupal cada día. Además del aumento de la obesidad, también han aumentado los problemas psicológicos, que también se manifiestan en dolores de cabeza y abdominales.
“Este dolor ha aumentado entre un 40 y un 60 por ciento, y lo vemos mucho más a menudo que antes de la pandemia”, dijo el pediatra en una entrevista con Ö1. Primero, siempre se aclaran las posibles causas orgánicas, es decir, se realiza una ecografía del abdomen y un análisis de sangre. Pero según Kasparek: “En mi opinión, lo más importante es la conversación con el niño y los padres. Porque el 90 por ciento del dolor abdominal es psicológico”.
éxodo de enfermedades infecciosas
Otras enfermedades disminuyeron, como las infecciones virales: “Eso fue notable. La pediatría es el llamado negocio estacional. Tenemos la mayoría de las enfermedades de octubre a marzo, y ese no fue el caso esta vez”.
Las medidas del coronavirus le han dado la vuelta a eso, según el pediatra. La gripe ha fallado en gran medida y no se produjeron más infecciones mientras se llevaban a cabo los procedimientos. “Cuando abrimos nuestras puertas, trabajábamos tanto en verano como en invierno, así que todo cambió”. En estas etapas, muchos niños se han infectado gravemente porque no han estado expuestos a las infecciones habituales durante mucho tiempo y el sistema inmunitario no se ha entrenado como de costumbre.
Normalización a largo plazo
Daniela Kasparic espera relajación y normalización, pero también dice: “Cambios psicológicos, aumento de peso, cambio de comportamiento: estos son cambios a largo plazo que deben compensarse a largo plazo a través de cuidados y proyectos especiales”.
Desde el punto de vista del pediatra, las medidas tomadas durante la pandemia han tenido más impacto en la salud de los niños que la propia enfermedad provocada por el virus. Y para el otoño, aboga por vacunar a los niños y dejar abiertas a toda costa las escuelas, jardines de infancia e instalaciones deportivas, también cuando surge una nueva variante del virus.
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