Lunes por la tarde en San Martín cuando comienza el espectáculo. Primero, unos cuantos autobuses azules hacen sonar a los jóvenes seguidores con megáfonos para animar el ambiente, luego llega más gente de las calles laterales. La llamada “Caravana de la Libertad” del candidato presidencial libertario y autoproclamado “anarcocapitalista” Javier Millay hace escala en la provincia de Buenos Aires.
Los símbolos más importantes de la campaña: la motosierra con la que cortaron a la “casta” gobernante. Y muchos billetes de un dólar, con el retrato de Miley impreso en ellos. Mientras el candidato se sube a la caja de un jeep, la gente le entrega billetes para que los firme y él muestra un gran billete de un dólar a la cámara.
Miley no habla, pero estalla una ovación atronadora cuando un conductor solicita la bolsa del servicio de mensajería que se la entregó y luego la sostiene triunfalmente. El plan radical y liberal de mercado de Millay ataca claramente los sentimientos de un sector de la clase trabajadora que se encuentra en la base de la jerarquía de ingresos.
“Necesitamos un giro de 180 grados”
“La situación es terrible. Estamos en una crisis económica, política y social”, afirma Rebeca Fleitas en una entrevista con DW. Fue el primer representante de “La Libertad Avança” en el Parlamento de Buenos Aires. Javier Miele es el líder de la Coalición del Partido Libertario y de Extrema Derecha.
Ahora Miley incluso ha ascendido a la presidencia. Según las últimas encuestas, actualmente está ligeramente por delante y se puede esperar que se clasifique para la segunda vuelta, que podría celebrarse el 19 de noviembre, tras la primera vuelta del 22 de octubre.
“Si bien alguna vez fuimos uno de los países económicamente más poderosos del mundo, ahora tenemos una tasa de pobreza del 40 por ciento y niños desnutridos y sin escuela. Necesitamos un giro de 180 grados”, dice el representante Fleetas. Su símbolo es la dolarización, que significa sustituir la moneda nacional, el peso, por la moneda estadounidense.
Los datos económicos ofrecen pocas esperanzas
De hecho, la situación económica del país es dramática: hace unos días la empresa “Intech” publicó las últimas cifras. Así, 18,5 millones de personas en el país sudamericano son consideradas pobres o muy pobres. La tasa de inflación actual es del 120 por ciento.
Cualquiera que pasee por las calles de la capital verá por todas partes refugios improvisados para personas sin hogar, y los cambistas se superan con ofertas de “campio”. Los mendigos intentan conseguir algunos pesos de los visitantes del café.
Los tipos de cambio actuales del dólar, del euro o del real brasileño se exponen en los escaparates. Estas condiciones estructurales son un modelo ideal para el candidato presidencial Mili.
El salario mínimo se aumentó justo antes de las elecciones.
Los aproximadamente 19 millones de argentinos que viven por debajo del umbral de pobreza no piensan en fin de mes, sólo piensan en cómo superarán la semana en curso. El gobierno del derrotado presidente peronista de izquierda Alberto Fernández volvió a aumentar el salario mínimo poco antes de las elecciones.
Fernández anunció en abril que no buscaría un segundo mandato. Pero si ayudará al candidato peronista y ministro de Economía, Sergio Massa, a convertirse en presidente es tan cuestionable como la durabilidad del actual furor en torno a Javier Mili.
Sus planes son radicales: quiere desmantelar en gran medida las instituciones estatales, reemplazar la moneda nacional, el peso, por el dólar estadounidense y facilitar la propiedad privada de armas. Aunque sus posiciones han recibido una gran respuesta de los medios de comunicación a nivel nacional e internacional, también existen enormes dudas sobre su viabilidad. Y un número importante de argentinos lo teme.
Sebastián Menescaldi, subdirector de la consultora EcoGo, ve obstáculos más prácticos en el camino hacia la conversión monetaria: “Es casi imposible dolarizar la economía argentina de la noche a la mañana, porque el banco central no tiene dólares”.
Ataques contra el Papa
El pobre sacerdote José de Paola, conocido popularmente como “Padre Pepe” -como toda la izquierda de la Iglesia- está consternado por la comprensión que Mailis tiene de la independencia y sus ataques al Papa, a quien Mailis acusa de estar cercano al socialismo.
“La justicia social requiere una cierta idea de libertad. La libertad no se trata sólo de poder hacer lo que me conviene, sino también de lo que puedo hacer por los demás”, afirma el padre Pepe.
En San Martín, la “Caravana de la Libertad” terminó después de 40 minutos. Se crearon imágenes espectaculares para las redes sociales y las portadas de los periódicos argentinos.
Pero a medida que se acerca el día de las elecciones, aumenta la presión para que Miley explique cómo pretende implementar concretamente la dolarización. Aún no ha proporcionado este calendario. Quizás lo guarde para debates televisados.
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