Si se detecta a tiempo, las posibilidades de curar el cáncer, incluida la leucemia, suelen ser buenas. Los signos iniciales pueden parecer inofensivos, pero deben tomarse en serio.
La leucemia, también conocida como leucemia, es una enfermedad potencialmente mortal del sistema formador de sangre. Se forman glóbulos blancos enfermos, llamados células leucémicas, que reemplazan a los glóbulos sanos a medida que avanza la enfermedad. La mala formación de sangre provoca una deficiencia de glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos. Los tres componentes de la sangre tienen funciones vitales, como transportar oxígeno en el cuerpo. Si la leucemia se desarrolla sin tratamiento o si el tratamiento no es eficaz, el cáncer puede provocar la muerte.
Como informó el Centro Alemán de Investigación del Cáncer, no es posible responder por qué se desarrolla la leucemia en la mayoría de los pacientes. Sólo se han demostrado unos pocos factores de riesgo. Estos incluyen ciertas sustancias químicas como el benceno, quimioterapia previa o altas dosis de radiación radiactiva.
Reconocer la leucemia: síntomas que deben aclararse médicamente
El diagnóstico precoz aumenta enormemente las posibilidades de supervivencia. Si tiene síntomas persistentes e inexplicables, debe buscar atención médica. Para diagnosticar la leucemia se utilizan análisis de sangre específicos y exámenes de médula ósea. Se hace una distinción entre leucemia aguda y crónica.
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La forma crónica suele descubrirse por casualidad durante un análisis de sangre, ya que los afectados no presentan ningún síntoma durante mucho tiempo. La leucemia aguda aparece repentinamente. Como sabe la Sociedad Alemana contra el Cáncer, los siguientes síntomas podrían ser signos de leucemia:
- Piel notablemente pálida
- Anorexia y pérdida de peso asociada.
- Ganglios linfáticos agrandados, como los del cuello.
- Mayor susceptibilidad a la infección.
- Mareo
- -Tendencia al sangrado, en forma de sangrado y hematomas en la nariz o encías.
- Sangrado difícil de detener o sangrado pequeño en forma de manchas, especialmente en brazos y piernas.
- Anemia, que provoca pérdida de rendimiento, fatiga y agotamiento.
- Dolor de huesos
- Sentirse muy enfermo con fiebre, a menudo acompañado de una infección continua.
Este artículo sólo contiene información general sobre el tema de salud en cuestión y por lo tanto no está destinado al autodiagnóstico, tratamiento o medicación. No sustituye, en ningún caso, la visita al médico. Nuestro equipo editorial no puede responder preguntas individuales sobre condiciones médicas.
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