El estudio de Pisa lo ha vuelto a demostrar: muchos niños no saben nada de matemáticas. Un experto explica cómo los padres pueden brindar apoyo en la vida cotidiana
¿Tu hijo no tiene una gran relación con las matemáticas? Por eso no hay ningún incentivo cuando los padres gritan: No estás solo, es una tradición en toda nuestra familia.
“En lugar de ello, los padres deberían centrarse en introducir al niño en las matemáticas a través del juego”, recomienda Uta Reimann-Hohn, terapeuta educativa de lernfoerderung.de, autora de libros y YouTuber. Un profesor cualificado de Wiesbaden ofrece 5 consejos:
1. Enseñar matemáticas de forma divertida
Por un lado, hay juegos de mesa que sólo funcionan con una cuenta. Por otro lado, puede servir para situaciones cotidianas en las que las matemáticas se esconden. Puedes hacer que el niño calcule la distancia hasta su abuela. “Los kilómetros se pueden convertir fácilmente en metros y centímetros”, afirma, por ejemplo, Ota Reimann-Hone.
También se pueden practicar otras unidades de medida en la vida diaria: ¿Cuánto pesa tu hermano pequeño? ¿Cuánto pesa el abuelo? ¿Cuál es la diferencia en kilogramos, gramos y miligramos?
2. Empiece por los intereses
Ota Reimann-Hone no cree que se deba presionar a los niños débiles en matemáticas. En cambio, recomienda encontrarse con su hijo donde está cuando hace ejercicio indirectamente.
“Si al niño no le interesa la obra cuando van juntos al teatro, pero se concentra en contar las bombillas del techo, puedes utilizar eso y formular problemas aritméticos”, dice la maestra. Ejemplos: ¿Cuántos LED hay en una fila vertical y horizontal? ¿Cuántos cuadrados contaste?
Las próximas vacaciones también pueden ser un ejercicio para el niño: “Mira el mapa para ver cuántos kilómetros faltan para llegar al destino. ¿Dónde deberíamos tomar un descanso o pasar la noche después de cada trimestre?”. sugiere Reiman-Hone.
3. Utilice la ventana de tiempo adecuada
Si los niños son mayores y se encuentran en la mitad de la pubertad, se les debe “preocupar” con sensibilidad los ejercicios de matemáticas. “No tiene sentido empezar con el tema si estás sentado frente al ordenador. Es mejor adaptarlo a los tiempos que se les asignan”, recomienda la terapeuta educativa.
4. Los extraños suelen ser la mejor ayuda
Sin embargo, la educadora cree que es difícil que los propios padres quieran dar clases particulares a sus hijos. Esto a menudo conduce a malentendidos y puede ejercer presión adicional sobre una relación que ya está tensa en esta etapa de desarrollo. “Es mejor involucrar a personas ajenas o que tengan una buena relación con el niño, como un tío”, dice Reiman-Hone.
He observado que a los padres, especialmente en familias con un solo hijo, les gusta culpar a sus hijos por sus fracasos en matemáticas y, a menudo, incluso les resulta embarazoso. “Esta presión no mejora las cosas”.
5. ¿Cuántas matemáticas hay en el trabajo de tus sueños?
Lo que también ayuda es una motivación adecuada para el uso diario. Por ejemplo, si un niño sueña con hacer un trabajo especial en el futuro, puede pedirle al capitán de la aerolínea, al conductor del tren, a la vendedora o al cirujano entre sus amigos que le cuente al niño sobre la necesidad de las matemáticas en este trabajo. Reiman-Hohn: “Porque el motor es siempre el conductor”.
“Analista exasperantemente humilde. Experto en tocino. Orgulloso especialista en alimentos. Lector certificado. Escritor ávido. Defensor de los zombis. Solucionador de problemas incurables”.
More Stories
Braunschweiger tiene un huésped molesto e incluso peligroso
El PIB aumenta repentinamente un 0,2%
Estos son los cinco mayores factores de riesgo