Dígito 1 –
El nuevo presidente de Argentina presentó un proyecto de ley de emergencia al parlamento para eliminar cientos de regulaciones gubernamentales. Existe la amenaza de un régimen dictatorial y los sindicatos convocan una huelga general.
Ha pasado menos de un mes desde que el libertario de derecha Javier Milei asumió la presidencia de Argentina, y le espera la primera huelga general. El sindicato más grande del país, la Confederación General del Trabajo (CGT), ha convocado a la gente a dejar de trabajar el 24 de enero y manifestarse frente al edificio del Congreso. “Queremos impedir que los legisladores legalicen los planes del gobierno”, dice Carlos Minucci, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Energética y miembro de la junta directiva de la CGT. Las medidas anunciadas por el gobierno son un “ataque a los derechos de los trabajadores” y beneficiarán a los grandes grupos económicos: “Debemos proteger nuestro país”.
Ya el 20 de diciembre, diez días después de asumir el cargo, Milei firmó el “Decreto de necesidad y urgencia”. Los presidentes de Argentina pueden emitir tales decretos en situaciones de emergencia. Entran en vigor ocho días después sin la participación del legislativo y sólo pueden ser derogados si la Cámara de Representantes y el Senado los rechazan por mayoría simple. Miley explicó en un discurso del 20 de diciembre: “Iniciar el camino para reconstruir nuestro país, dar libertad y autonomía a los individuos y eliminar las regulaciones onerosas y estancadas que obstaculizan el crecimiento económico de nuestro país”. Sus ministros en el edificio de Casa Rosada anunciaron la decisión. La orden es “sólo el primer paso” como parte de un “plan de choque”.
Amplia liberalización
En su discurso, Milli anunció 30 de las más de 300 medidas que ordenaba el decreto. Estas incluyen: abolir la Ley de Alquileres, que incluía el control de los alquileres, derogar la Ley de Tierras, que restringía la compra de tierras por parte de extranjeros, y reformar el Código del Trabajo. Esa misma noche, miles de personas en todo el país protestaron contra la orden. “¡Mile, basura, dictador!” Los manifestantes corearon frente al edificio del Congreso en Buenos Aires. En las esquinas de las calles se golpeaban ollas vacías con cucharas, una forma tradicional de protesta conocida como “cacerolaso”. En los días siguientes surgieron más protestas de sindicatos y organizaciones de protección de inquilinos.
Una semana después, el gobierno también presentó en el Parlamento una ley de emergencia llamada “Le Omnibus”. Propone declarar un estado de emergencia que durará hasta el 31 de diciembre de 2025, con posibilidad de prórroga de dos años. La ley permitiría a Mili eludir el parlamento y gobernar por decreto durante el resto de su mandato, incluso si su partido no tiene mayoría. También busca la reforma de la ley electoral y del sistema de pensiones, así como la privatización de empresas públicas, incluida la aerolínea Aerolinías Argentinas, la petrolera estatal YPF y estaciones de radio y televisión públicas.
Mayor represión
Estos son sólo algunos de los más de 600 artículos del documento de 351 páginas. Otra orden tiene como objetivo cancelar 5.000 contratos de trabajo para empleados del sector público. El anuncio de la ley fue seguido inmediatamente por nuevas protestas. Según los sindicatos, 20.000 personas participaron en la manifestación del 27 de diciembre. “La patria no se vende”, gritaban.
Todo esto sucede en un momento en que Argentina se encuentra sumida en una grave crisis económica. Para 2023, la tasa de inflación anual superó el 200 por ciento. Sólo en diciembre, los precios volvieron a subir un 30 por ciento, ya que el nuevo gobierno devaluó la moneda local, el peso, en más de un 50 por ciento. El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció recortes a los subsidios a la energía y al transporte. Según el ministro, con esto se pretende prevenir la hiperinflación. Otros creen que Miley se beneficiará de una rápida devaluación del peso para facilitar la adopción del dólar estadounidense como moneda, una de sus promesas de campaña.
“La hiperinflación es breve y explosiva. “Políticamente es peligrosa para el gobierno”, dice el economista y experto financiero argentino Leandro Zigarelli. Sin embargo, cree que los precios seguirán subiendo. El mandato y la ley de emergencia deben verse juntos, son interdependientes y juntos forman la base del plan del gobierno. : “El plan tiene como objetivo cambiar los fundamentos económicos, sociales y políticos del país”. Si se implementa plenamente, la inflación y el desempleo aumentarán. “Conduce a tensiones sociales”.
La ministra de Defensa de Miley, Patricia Bullrich, ya emitió un “protocolo para el mantenimiento del orden público” para contener las protestas. Anunció que se crearía un registro de organizaciones que convocan a protestas y que los responsables asumirían el costo de la represión. “El gobierno no pagará por el uso de las fuerzas de seguridad”, afirmó. La Ordenanza también estipula que en el futuro, las reuniones de tres o más personas en lugares públicos requerirán autorización previa del Ministerio de Defensa. Si los manifestantes obstruyen el tráfico, se enfrentan a tres años de prisión.
“Estas acciones tienen como objetivo asustar a la gente y sembrar miedo”, afirma Verónica Cago, politóloga y miembro de la organización feminista Ni Una Menos. El “programa de choque neoliberal” afecta especialmente a los pobres, a los trabajadores precarios, a las mujeres y a los homosexuales. Kago habla de la “feminización de la pobreza”, lo que significa que las mujeres se ven afectadas de manera desproporcionada por la pobreza y, por lo tanto, serán particularmente vulnerables a medida que los precios de los alquileres y los alimentos sigan aumentando. Además, el gobierno ha abolido el Ministerio de la Mujer. “También se cancelarán las medidas políticas para apoyar a las mujeres en situaciones violentas”, afirma Kako. Organizaciones feministas como Ni Una Menos han convocado una huelga general el próximo 24 de enero. Cago insiste en que la lucha en las calles es clave para conseguir que los planes de Miley sean rechazados en el Congreso y evitar que “el gobierno se convierta en un régimen totalitario”. Otra estrategia es el conflicto a través del proceso legal.
Demanda contra orden
Mientras tanto, diversas organizaciones, entre ellas el sindicato CGT, exigen que el decreto de Miley sea declarado inconstitucional. El abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez ya presentó una demanda. Dice que la orden de Milli representa una reforma constitucional oculta: según el abogado, el presidente intenta utilizar la orden para reemplazar la función legislativa del Congreso que viola la separación de poderes.
Según una encuesta realizada por la firma encuestadora Zuban Córdoba, el 56 por ciento de los encuestados cree que el decreto de Milei es inconstitucional y el Congreso debería derogarlo. Según la misma encuesta, Milei ha perdido aprobación en un punto porcentual diario desde que asumió el cargo. El 55 por ciento tiene actualmente una imagen negativa de él. Los miembros del Congreso debatirán el mandato y la ordenanza en sesiones especiales hasta finales de enero. Hasta que no se adopte ninguna decisión, la orden seguirá en vigor. Si los parlamentarios lo derogan, Miley quiere celebrar un referéndum.
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