Era una de las grandes esperanzas de la física fundamental. El detector LHCb, un experimento en el acelerador de partículas más grande del mundo, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en el centro de investigación nuclear CERN, ha revelado extrañas anomalías que han eludido las explicaciones convencionales. Se relaciona con el conocido electrón y sus partículas asociadas más raras y masivas, el muón y el tau, que se cuentan entre los leptones. Aparte de su masa, estos deberían comportarse de manera muy similar. Al menos eso es lo que predice el Modelo Estándar de física de partículas, la teoría de la materia más completa y precisa que se conoce, que incluye la partícula de Higgs. Hasta ahora, los leptones han seguido obedientemente las reglas. Hasta que LHCb empezó a registrar desviaciones. Algunos mesones, las partículas de vida corta que se forman durante las colisiones de partículas en el LHC y consisten en quarks como protones y neutrones, parecen no haberse desintegrado de acuerdo con las reglas en pares electrón-positrón y pares muón-antimonio en proporciones iguales. Los electrones eran mayoría, lo que violaba la neutralidad de los leptones.
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