Los beneficios para la salud fueron especialmente notables cuando las carnes procesadas se reemplazaron por nueces, verduras y cereales integrales, los huevos por nueces y la mantequilla por aceite de oliva. Pero ¿qué hace que una dieta vegana sea tan saludable? Cuáles son las sustancias vegetales beneficiosas que contienen, como explica al New York Times Qi Sun, profesor de nutrición y epidemiología de la Universidad de Harvard que no participó en el estudio. Estas sustancias, como las isoflavonas, son antioxidantes que pueden reducir la inflamación.
Además, los alimentos vegetales contienen grasas y fibra que favorecen la salud del corazón, ayudan a regular los niveles de azúcar en sangre y reducen el riesgo de diabetes.
La fibra te llena y promueve la salud intestinal
La fibra es un componente no digerible rico en fibra de los alimentos vegetales. Aumenta el volumen de los alimentos, prolonga su estancia en el estómago y contribuye así a una sensación constante de saciedad.
La fibra también favorece la salud intestinal. Según el Centro Estatal de Nutrición de Baden-Württemberg, llegan sin digerir al intestino grueso y sirven como alimento para algunas bacterias intestinales beneficiosas. Debido a esta propiedad, las fibras no digeribles también se denominan “prebióticos”. Las bacterias beneficiosas lo descomponen en ácidos grasos de cadena corta, que regulan el apetito y ayudan al cuerpo a generar energía.
Además, la fibra también puede tener un efecto positivo sobre la función cerebral. Así lo demostró un estudio realizado por el Centro Médico Universitario de Leipzig, el Instituto Max Planck de Neurociencia Cognitiva y Neurociencia de Leipzig y el Centro Helmholtz de Investigación Ambiental.
En este estudio, 59 adultos jóvenes con ligero sobrepeso que comían carne consumieron 30 gramos de inulina, una fibra que se encuentra en la achicoria, la cebolla y las alcachofas, entre otras cosas, diariamente durante 14 días. Esto corresponde a la cantidad diaria máxima que la mayoría de las personas pueden tolerar, según el Centro del Consumidor de Baviera.
Durante el estudio, a los participantes se les mostraron imágenes de alimentos ricos en calorías en diferentes momentos: antes y después de la administración de insulina y antes y después de la fase de placebo. Las reacciones del cerebro a las imágenes se analizaron mediante tomografía por resonancia magnética. Después del experimento, se pidió a los sujetos que eligieran su comida favorita, que luego se les sirvió.
El resultado fue que los sujetos de prueba mostraron menos interés en los alimentos grasos o dulces después de tomar insulina. Normalmente, los alimentos ricos en grasas y carbohidratos provocan una fuerte activación del sistema de recompensa del cerebro. Pero después de tomar insulina, las áreas del cerebro asociadas con ella eran significativamente menos activas. Los investigadores también encontraron que la composición de las bacterias intestinales cambió.
“Los resultados sugieren un posible vínculo entre la salud intestinal y la función cerebral, en este caso las decisiones sobre la ingesta de alimentos”, dijo la coautora del estudio Veronica Witt, científica médica de la Universidad de Leipzig, según el comunicado de prensa.
Se cree que las fibras como la inulina funcionan de manera similar al ingrediente activo semaglutida, que se encuentra en las inyecciones para bajar de peso Wegovy y Ozempic y actúan en el hipotálamo y el tronco del encéfalo, que son responsables de la absorción de los alimentos. La semaglutida aumenta la sensación de saciedad y reduce la sensación de hambre.
Sin embargo, el investigador Witt destaca que se necesitan más estudios para explorar nuevos tratamientos para la obesidad basados en cambios en el microbioma. Actualmente se está llevando a cabo un estudio de seguimiento que examina el uso a largo plazo de la inulina.
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