Esta es una señal de que el cuerpo “reconoce” diferentes patógenos y se defiende contra ellos.
¿Cómo ocurre realmente la fiebre?
Si los patógenos penetran en el cuerpo, se activa el sistema inmunológico. Los mensajeros liberados envían una orden al centro de termorregulación del cerebro para aumentar la temperatura corporal. A través de esta estrategia, nuestro cuerpo intenta defenderse de “invitados no invitados”.
¿Cómo puedo tomar mi temperatura?
Los métodos como medir la temperatura del oído o de la frente son más rápidos, más fáciles de usar y más divertidos para los niños, pero a menudo son propensos a errores, por lo que no es raro que se produzcan grandes desviaciones en los valores medidos.
Por lo tanto, medir la temperatura rectal en bebés y niños pequeños es el estándar de oro.
¿Cuándo le da fiebre a mi hijo?
Si la temperatura corporal sube por encima de 38°C (mejor medida por vía rectal), se llama fiebre.
¿Qué puedo hacer por mi hijo en casa?
Lo más importante es una observación cuidadosa para que podamos reconocer rápidamente los cambios en la condición y tomarlos en serio. Además del descanso y la atención, es importante proporcionar los líquidos adecuados. Los remedios caseros probados, como las envolturas para pantorrillas o los ‘parches de vinagre’, pueden ayudar a reducir la fiebre, pero solo deben usarse en niños mayores de dos años, con agua tibia y los pies calientes, pero no si tienen escalofríos o fiebre que no corre. .
¿Cuándo debo bajar la fiebre?
Básicamente, no existe ningún aumento científicamente probado de la temperatura corporal más allá del cual deba reducirse necesariamente la fiebre. La atención principal debe estar en el bienestar general del niño.
Si la fiebre causa una discapacidad importante (el niño parece inquieto, no puede dormir, se despierta con fiebre o está tan cansado y agotado por la fiebre que no bebe lo suficiente…), esta puede ser una pauta importante. para la toma de decisiones. .
Los medicamentos adecuados incluyen paracetamol (Mexalen®, Ben-u-ron®), ibuprofeno (Nureflex®) y metamizol (Novalgin®).
Se recomienda tener siempre a mano al menos dos clases diferentes de principios activos, que se pueden administrar alternativamente sin preocupaciones. Bajo ninguna circunstancia se debe administrar ácido acetilsalicílico (Aspirina®).
¿Qué es una convulsión febril?
Una convulsión febril es una convulsión episódica resultante de un aumento de los estímulos relacionados con la fiebre en el cerebro aún inmaduro, combinado con una tendencia innata hacia ellos. Las convulsiones febriles no suelen tener secuelas y se resuelven en unos pocos minutos (menos de 5 minutos).
Reducir la fiebre a tiempo no puede prevenir un ataque febril. Si ocurre tal evento, mantenga la calma, coloque al niño en un lugar blando donde no pueda caer, llame al 144 y busque asistencia médica.
Después de un episodio febril es necesaria una evaluación médica para los siguientes pasos.
¿Cuándo debo buscar ayuda médica?
Esta es siempre una decisión caso por caso. Es comprensible que sea preocupante que su hijo parezca haber cambiado debido al sobrecalentamiento. Pronto surge una sensación de malestar cuando los niños de repente no parecen tan animados y activos como de costumbre.
Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, las infecciones comunes son las responsables de la fiebre, que cede muy rápidamente, por lo que se puede notar una mejoría al poco tiempo. Rara vez hay una enfermedad grave detrás.
Si es inevitable visitar al médico, tome previamente medicamentos para reducir la fiebre. Se excluye la falsificación del diagnóstico.
En algunos casos, se requiere absoluta y urgentemente asesoramiento médico:
- Si el niño tiene menos de 12 meses y tiene temperatura alta (más de 39°C)
- Con debilidad severa en el estado general.
- En caso de alteración de la conciencia, apatía o convulsiones.
- Con fiebre muy alta (más de 40°C) es difícil bajarla
- Si la fiebre dura más de tres días.
- Con constante negativa a beber.
- Con vómitos persistentes y diarrea acuosa.
- Si el cuello está tan rígido que el niño no puede inclinar la cabeza hacia adelante.
- Acompañado de síntomas de dolor de cabeza intensos.
- Si también se produce una erupción que no se puede eliminar
- Con respiración marcadamente rápida o dificultad para respirar.
- Si el niño experimenta un dolor intenso e inexplicable.
- Con dolor abdominal intenso que impide que el niño se mueva, arrastra las piernas o la pared abdominal está tensa y dolorosa.
La lista anterior de “síntomas de alarma” no se puede citar en su totalidad.
Más bien, es importante mirar siempre todo el asunto. Los padres siempre deben confiar en sus instintos.
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