Lionel Messi es venerado como un santo en Argentina.
Imagen: Picture Alliance/dpa
Más de 1,8 millones de argentinos vieron a Messi y compañía contra Panamá. En el país de los campeones del mundo, intentan preservar la dicha del fútbol para siempre.
DEl restaurante “Don Julio” en Buenos Aires es la dirección para los amantes de la carne argentina clásica. Durante la cumbre del G-20 en 2018, la canciller Angela Merkel fue llevada al distrito de Palermo para conocer los secretos de las carnes argentinas en “Churascaria”. Las fotografías de la visita del canciller ahora adornan la pared del bar más destacado de la ciudad.
El lunes por la noche, otro visitante destacado aseguró que cientos de personas presionaron sus narices contra los cristales de las ventanas frente a un bar en un barrio elegante de Argentina. Porque adentro, Lionel Messi estaba sentado con su familia. Solo eso exige mucho respeto, porque cualquiera que haya experimentado las escenas iniciales en Buenos Aires sabe que cuando Messi aparece en público aunque sea por una décima de segundo, una tormenta está a punto de estallar. Apenas llegó la noticia de que el capitán del argentino campeón del mundo de fútbol había llegado a Palermo, comenzó la confusión con los Beatles, Elvis Presley o el hoy Harry Styles.
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